HAMBRE

A los 18 años tuve la clarisima impresión de haberlo vivido todo: la furia, el placer, el destierro, la humillacion, la muerte.
había conocido el nacimiento, la divinidad, la incomprensión, la escuela, el mar, la degradacion, los aviones, la enfermedad, el suicidio, la embriaguez y el amor como experiencia kamikaze.

no soportaba sobrevivirme bajo mi edredón rosado de cuadritos.

ahora que no tengo acné ni discos de smashing pumpkins siento todo lo contrario: aun no he vivido casi nada de lo que quiero y puedo vivir.
eso me da hambre, un hambre voraz por lo que viene, por lo que esta pasando.
tengo ganas de aqui a la luna.

entonces me acuerdo eso que leí en un libro de Auster: el universo es el pasado, la tierra es el presente y la luna, es el futuro.

volver a ser soltera y libre me hace toda la fantasía de este jodido planeta.
no entiendo como pude clavarme tan duro y no necesito explicarme demasiado mas que eso de que el amor, puede hacerte perder la cabeza.
yo con la cabeza no tengo drama, pero no negocio mi libertad ni la diversión que para mi conlleva el vivir como se me da la gana.
y las relaciones exigen ese trueque en un punto... no esta mal si lo que se ofrece tiene el mismo valor de lo recibido.
el detalle es que yo no tengo precio, entonces nada me satisface al punto de concretar el trueque contenta.
no puedo ponerle un valor cuantitativo a lo mas al natu de mi, porque no se donde empieza ni donde termina. es una fuerza natural en mi.

así pues que recibo flores, paseos, regalos y preciosos mensajitos en mi telefono, complacida con la belleza inherente al paisaje masculino y el sabor empalagoso de la seducción y los juegos.
no me interpela llegar mas lejos que películas en el cine y besos en el parque.

estoy en una rehabilitacion intensiva, vengo de pelear por mantenerme tan adorable y tan hija de puta como siempre, no quiero que se altere mi esencia y eso derive en planteos de profundidades inconexas.
porque los espejos son para probarse vestidos, maquillarse y bailar frente a ellos. cuando se convierten en laberintos que deforman no voy a estar ahí. yo no soy Alicia.

quiero estar en el lugar al que pertenezco y eso consiste en no saber en que consiste ese lugar.
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al mediodía me despierto y al mismo tiempo se despierta mi instinto mas básico, ese que tiene que ver con comer, bailar y enamorarme. es tan natural como amar a mi perra, es mi vida como quise vivirla.

ni piano ni peleas, ni lágrimas ni nada de esa oscuridad que supo atraerme tanto.
increíblemente durante el ultimo tiempo, permiti reprimirme esa cosa cursi pero indescriptible: cuando el corazón late mas rápido y tiene mas onda estar viva.

ahora estoy de vuelta, no mas abstinencia de ningún tipo y arrepentimiento tampoco. pero si me guardo, solo para mi, la sensacion de haber sido mas tonta que de costumbre, porque no voy a repetirla.

ser yo al natu, otra vez, después de mi visita al submundo ajeno, es un loop irresistible.