TIANGUIS

México D.F es muy surrealista.
vivir aca me obliga a recordarlo todo el tiempo.

me gusta esta ciudad porque es perfecta para jugar.
no es un parque de diversiones ni nada por el estilo pero existe un amplio y contundente margen para la fantasía, aun para las mas radicales.

a todos les interpela mucho lo lúdico y lo extraordinario, nadie discute el factor fantástico como algo seriamente considerable, nada logra ser lo suficientemente increíble y siempre queda lugar para la magia... en especial cuando la realidad no resulta, al menos, divertida o esperanzadora.
porque aqui se cree que así debe ser la vida: gustosa.
la condescendencia es tan omnipresente como el chile y de repente, tambien brilla la solidaridad y la amistad cuado todo se opaca bajo el aspero manto de una desigualdad social vertiginosa.

en México no esta de moda la angustia como perfo existecialista y tampoco esta bien visto carecer del don para el disfrute.

aqui esta lleno de colores por todas partes.
son colores cursis, brillantes, alevosos como una trompada en un recital.
yo me divierto descubriéndolos y dejandome descubrir.

voy patinando en chinga, esquivo autos, algún newyorko posmoderno me musicaliza la intrepidez a los gritos desde el i-pod, no puedo distraerme un solo instante, no tengo miedo... porque ya es parte de mi esto de ser tan desconfiada y generosa como solo puede exigirte serlo esta ciudad.

a mi desde siempre me gustan mucho las sonrisas y ahorita aprendí a verlas como un sazonador versátil y efectivo para las emociones y la relación con la personas.
aquí se sonríe mucho, no se escatiman sonrisas en la seducción, en el engaño, en la esperanza, en la locura ni en la tragedia.
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me siento feliz tomando un licuado de piña, mango y frutilla en medio de todo.
porque en esta ciudad me enamore al natu de un chico que no habla como local y toca el piano, pero antes, desde el primer día creo, ya me había agarrado México de la mano y yo sonreía también, encantada de conocer.

3 comentarios:

Patricio Diego Suárez dijo...

te mando millones de abrazos desde acá. estamos mucho más cerca de lo que parece. hace unos meses me encontré con Bolaño, con su mundo, el mejor de los mundos posibles, y con México, claro. y hoy estaba mirando una secuencia de truenos poderosísimos por la ventana, y me acordé de vos. y luego entro al blog, y vos ya habías estado por ahí. y me pongo feliz. y más aún esta última foto, lo más sencillo y puro de vos, y a la vez, lo más escondido.
la seguimos, y ojalá pueda pasarme en algún momento por allá.

Unknown dijo...

En cierta ocasión el dramaturgo francés Antonin Artaud (1896-1948) regresaba de México y entre sus encuentros se topó en París con George Bataille y le dijo en tono conspirativo: `Sé que Usted comprende cosas bellas. Creo que debemos hacer un fascismo a la mexicana´. Artaud huía de lo que llamó *la superstición del progreso* y buscaba en el alma mexicana y en el culto a la muerte los secretos del cosmos.

En un breve artículo intitulado `La cultura eterna de México´publicado en 1936, explica:

`Entre los hechos históricos conocidos y la vida real del alma mexicana existe un margen inmenso en el cual la imaginación e incluso la adivinación individual pueden correr libremente, y existe una gran diferencia de fondo entre *civilización y cultura*. Las formas exteriores del arte pueden diferenciar entre sí una multitud de *civilizaciones*, pero su variedad deja intacto el espíritu profundo de una *cultura*. Bajo diversos aspectos exteriores que sólo el arte diferencia existe en México una aspiración cultural única, la cultura del sol".

f dijo...

beso!