Yo soy de lo peorcito que podes cruzarte en un bar de esos trendys: no hablo ingles, no me sorprendo facil, no prefiero la verdad a la mentira ni el confort ante el caos.
tampoco soy decente pero tengo buenos modales.
saber pedir las cosas es un arte también, ahora que el deseo sube como una marea intempestiva adentro de mi porque otra vez tengo ganas de todo, quiero hacerlo mejor.
pedir y conseguir, que fantasia, por dios.
Quiero tomar mas whisky y mas aviones.
Quiero una boda inolvidable a fin de año masomenos, porque si y porque vi un vestido en Vogue que es mas para mi de lo que fueron, alguna vez, cualquiera de todos mis novios.
Quiero poder compartirme, abrazar a las personas sintiendo amor al natu, cuidar mejor a mis amigos, superar la timidez y la tristeza nostalgica re pelotuda.
quiero bailar como Britney, ya no encerrarme en mi, divertirme mucho.
Y por supuesto que aun quiero vestidos, pantimedias de colores, ropa interior negra o rosa y peinados llenos de moños. aun mas.
antes que me aburra y me de por los diamantes.
aclaro que se trata de deseos, porque si hablamos de necesitar, no necesito nada.
o,aparte de aprender a estar conmigo, nada de nada.
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Esteban huyo de mi y prefiero verlo como que solo se corrió a un costado, un poquito, cosa de que acinturada yo, mi inmenso ego y mi maletota de expectativas logremos pasar, seguir adelante, agitadas, rápido.
y solas, como siempre.
siguen siendo mis plantas y mi perra el epítome del amor en mi vida, porque resulta que los príncipes azules no crecen como las primeras ni me exigen lo mejor de mi, algo que es la especialidad de la segunda... y conmigo asi no funciona.
me gusta cuando me agarran con fuerza el cuerpo porque me siento mas pequeña, eso es resultado de darme cuenta que crecer duele un chingo y me da hueva. cuestión que también me gusta que me tiren un poco del pelo, siempre que no me griten, claro.
sin embrago, cuando siento que me agarran y me retienen por deporte, por costumbre o porque así deben de ser las relaciones amorosas en un país conservador, ahí es que salgo corriendo.
no me molesta, pero si enumero que ya son varias las ocasiones en que siento que no aguanto y que no me queda otra, cuando en realidad, podría relajarme y respirar acompañada.
definitivamente no he logrado domesticarme y los audaces que osan intentarlo, terminan al costado.
lo de Esteban fue por su propia voluntad, eso si.
y que lindo es no cargar ni un poco de culpa en mi Marc Jacobs azul cobalto.
las patrullas se daban cita a las 4 de la mañana en la puerta de mi casa para ver de cerca el show sobre la acera que resulto ser la pelea alto calibre entre una pelirroja borracha y el mexican boy, con sexys franceses escondidos tras las cortinas para huir de la caótica escena domestica que habían disparado bailando conmigo, al natu pero petenciado el trio con cocaina y alcohol.
fue un verdadero desastre y yo divertida como loca.
sin embargo lamento no acordarme de varios momentos climáticos del enfentamiento y si existiese la posibilidad de editar, nunca hubiera revoleado mis tacones de Miu-Miu porque complementaban perfecto mi out fit y porque al otro día, desperté con los pies mas negros que vi en mi vida.
pero todo no se puede.
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para mi pasado cumpleaños me regale una gran fiesta, un pequeño vestido y un cuadro para mi casa, que antecede este texto.
el neón es lo de hoy.
es importante aclarar que yo si creo en los milagros, creo en mi, creo en todo y si así no fuera, seria para morir muerta.
porque soy tan suertuda y tan ingrata que si no existiera en mi la fe como único escondite, como meta o como punto de partida, me sentiría realmente sola.
obvio que no hablo de santitos ni de edificios con dorados interiores, la santa soy yo.
y mi color favorito es el rojo.
cuando bajo o subo las escaleras de mi casa, miro el cuadro y me rio un poco, por adentrito nomas.
y es que justamente la víctima confesa de los milagros pregona con luz que en su casa no ocurrirán.
o no al menos los que Esteban esperaba.
pero nadie estuvo mas advertido que el.
y la moraleja es que de ahora en mas no voy a advertir a nadie.
no necesito salpicar de pinches advertencias las primeras citas, solo regarlas con whisky.
no funciona. a todos nos encanta darnos la cabeza contra la pared.
cuando la pared encima ostenta esa dureza extra tan característica de "haber sido claramente advertidos", es patético, tremendo y el golpe vale un poco mas la pena.
* Si por alguna razon me viera obligada a cambiar la frase del cuadro que preside mi casa, me decantaria por "TODO NO SE PUEDE" y seguiría surtiendo en mi el placentero efecto colateral de reírme en las escaleras.
porque aunque cada cierto tiempo tengo que aceptar un nuevo tropiezo contra el
todo no se puede, me sigo levantando invicta. no me importa.
estoy convencida de que tal vez aqui no ocurrirán milagros, pero todo SI se puede.
Yo puedo.
¿Que es para mi la libertad?
